72 horas para comer bien en Ciudad de Guatemala

La escena gastronómica guatemalteca se despliega en toda su diversidad y autenticidad en este recorrido por algunos de los rincones más destacados de Ciudad de Guatemala. ¡Acompáñanos en este viaje lleno de delicias y descubrimientos!

"Desprecio el término foodie. Quiero decir, ¿cómo puede considerarse eso una personalidad?”, expresó una vez Fran Lebowitz. En esta crónica de 72 horas en Ciudad de Guatemala, nuestra intención va más allá de simplemente catalogar platos exquisitos o proclamarnos como aficionados extremos a la gastronomía. En cambio, nos embarcamos en un viaje para explorar, saborear y compartir las experiencias culinarias que esta ciudad tiene para ofrecer.

Durante tres días, nos aventuramos en un recorrido culinario que nos llevó a explorar la diversidad gastronómica de esta vibrante metrópolis centroamericana. A lo largo de este recorrido, nos sumergimos en nueve establecimientos cuidadosamente seleccionados, cada uno con su propio encanto y propuesta culinaria. Desde pequeños rincones con autenticidad local hasta elegantes bares que fusionan tradición y modernidad, cada comida fue un viaje por sí misma.

Acompáñenos mientras recorremos los sabores y aromas que hacen de Ciudad de Guatemala un destino gastronómico imperdible. Prepárense para deleitarse con platillos que cuentan historias, bebidas que embriagan el alma y espacios que invitan a disfrutar de la buena mesa en compañía. 

La cocina de Miettes invita a los transeúntes a espiar los secretos de la fermentación lenta. Foto: Mediana

Nuestra travesía gastronómica inició alrededor de las 9:00 a.m., momento en el que nos dirigimos a Miettes, una encantadora panadería ubicada en 4 Grados Norte, reconocida por su maestría en la elaboración de pan con masa madre. Abre sus puertas para el brunch de martes a domingo, desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde. En este espacio de ambiente abierto y acogedor, impregnado del carácter urbano que identifica a esta parte de la ciudad, la fermentación lenta es un arte dominado con maestría. 

Miettes se ha ganado su estatus de refugio culinario para los aficionados al buen comer. Entre las delicias que son parte de su oferta gastronómica, destacan el croque-madame y las tostadas francesas, dos platillos con los cuales personalmente recomiendo deleitarse. Además, no se puede pasar por alto el café de la casa y las refrescantes mimosas que complementan a la perfección esta experiencia matutina.

Su pan campesino es reflejo de su trabajo diario y dedicado. Foto: Mediana

La siguiente parada en este recorrido nos llevó a Fish x Almacén, una interesante fusión entre el mundo del skate (Fish) y la moda de segunda mano (Almacén), ubicada a pocas cuadras de Miettes, siempre en la Zona 4. Este lugar ofrece el escenario perfecto para compartir una cerveza o unos refrescantes jarritos en un ambiente vibrante y alternativo. 

El espacio tiene un bar con algunas bebidas espirituosas. La mitad de mi mesa optó por los Jarritos, la otra mitad eligió la cerveza. Personalmente, mi recomendación es la Moza, una cerveza oscura con sutiles notas amargas y acarameladas. Fish x Almacén abre sus puertas de 11:00 de la mañana a 7:00 de la noche, y ocasionalmente ofrece eventos con DJ y bandas alternativas guatemaltecas. 

Además, cuenta con una rampa para skate que se encuentra disponible para su uso, convirtiéndose así en un punto de encuentro para la comunidad skate. Sin duda, este es un espacio que invita a explorar el lado más urbano y alternativo de la ciudad.

Cerveza, ropa, skate y buena compañía es lo que ofrece Fish x Almacen en ese espacio de la Zona 4. Foto: Mediana

Para la cena del primer día, nos dirigimos a Toi Doi, una cantina que explora y reinterpreta los sabores vietnamitas con maestría. Más allá de su destacada cocina, este lugar se distingue por su ambiente cuidadosamente elaborado y armonioso. Lo encuentran al final de la 20 calle en la Zona 10.

Los neones brillantes, los gráficos vibrantes y la cocina abierta confieren carácter a esta propuesta gastronómica. Personalmente, soy un entusiasta de los baos y el bánh mì, por lo que no dudé en ordenarlos del menú. Además, a nuestra mesa también llegaron los tentáculos de calamar y el sashimi de lomito, ambos con sabores perfectamente integrados, una frescura exquisita en los encurtidos y una selección de carnes muy bien especiadas.

A Toi Doi hay que llegar con hambre. Foto: Mediana

La mañana siguiente hicimos desayuno en La Frutería, un restaurante que se especializa en servir desayunos a toda hora. Desde las 7:00 de la mañana, el fuego está encendido y las mesas se sirven hasta las 4:00 de la tarde, de martes a domingo. También ubicado en la Zona 4.

¿Qué pedir en este lugar? Según las recomendaciones de amigos y apasionados de la escena local, no se puede dejar de probar los famosos chilaquiles (chilla-killers) de la casa, considerados por muchos como los mejores de la ciudad (nachos de maíz, salsa de tomate, cerdo, frijoles, crema, queso, cilantro, cebolla y chile jalapeño). 

En nuestra mesa también se deleitaron con el hummus acompañado de huevo pochado y unos exquisitos pancakes. Del menú de bebidas ordenamos el refrescante jugo de naranja, un par de tazas de café caliente y el batido insignia de la casa de chocolate y maní. La experiencia en La Frutería no solo se trata de la comida, sino también de despertar con el entorno lleno de color y vegetación que te transporta a un oasis de frescura en medio de la ciudad. 

Los famosos e irresistibles "Chila-killers" de La Frutería. Foto: Mediana

Después del exquisito desayuno, nos dirigimos hacia la Zona 1 de la Ciudad de Guatemala para sumergirnos en la experiencia de Amano Casa. Ya había tenido la oportunidad de visitar este lugar para el almuerzo en ocasiones anteriores, por lo que esta vez mi atención se centró en su destacada coctelería de autor. La ceniza de tusa, la sal de tortilla quemada y otros ingredientes cuidadosamente elaborados por los miembros de esta comunidad, conforman una oferta que busca preservar las tradiciones gastronómicas de Guatemala y presentarlas de manera innovadora a un público moderno.

El encantador jardín central de la casa recibe a los invitados para disfrutar de una auténtica exploración gastronómica en este espacio único. No se salten la explicación que el equipo da sobre el menú cuando se llega por primera vez. 

Además de su oferta culinaria, Amano Casa abre sus puertas para eventos culturales y cuenta con una pequeña tienda donde se pueden adquirir algunos de sus productos insignia. Sin duda, una visita a este lugar es una oportunidad para desconectarse por un momento del ajetreo exterior y sumergirse en una experiencia gastronómica y cultural inigualable. 

La tarde transcurrió en Brio, un estudio de repostería cotidiana. Este lugar posee una personalidad distintiva, donde sus postres no solo deleitan el paladar, sino que también hacen una declaración de sabor audaz y memorable. Nos aventuramos a probar una variedad de sus exquisitas creaciones, entre las que destacaron el alfajor cítrico floral, con mousse de azahar y cubierto de chocolate blanco; el brownie con ganache de chocolate oscuro y pimienta; la tarta de mango con relleno de ganache de vainilla amazónica y praliné de macadamia; y el delicado flan de cardamomo e higo. 

En Brio, la cocina se convierte en una expresión artística donde los ingredientes se combinan no solo por su sabor, sino también por su estética. Cada creación de su repostería es expresiva, caprichosa y sutilmente imponente. Ubicado sobre Avenida Las Américas, en la Zona 13, este estudio de repostería es un verdadero tesoro culinario que no debe pasarse por alto.

Al caer la noche, solo hay un lugar al que debes dirigirte: Minerva. Una casa de cócteles con un aura elegante y sofisticada. Sus bebidas son un fiel reflejo de su espíritu rebelde que, al mismo tiempo, muestra un profundo respeto por la historia y una clara visión hacia el futuro.

¿Qué pedimos aquí? Un Bandido Spritz, una mezcla exquisita de Prosecco, amaro bianco, hidromiel de frambuesa, fresa, rosa y agua gasificada, un cóctel que seduce con sus notas florales y su frescura inigualable.

También disfrutamos de El Sesame, elaborado con tequila, mezcal, Prosecco, toronja, limón, ajonjolí, cardamomo y miel de lavanda, así como de una refrescante Agua de Mayo, preparada con ginebra, licor de pepino, licor de cassis, aperitivo, amargos de naranja, romero, cilantro y clara de huevo.

Cuando la mesa es amplia, con más de diez comensales, es el momento perfecto para deleitarse con una variedad de platillos. Nos dejamos guiar por la recomendación y probamos la coliflor rostizada, una verdadera joya culinaria que combina a la perfección el Labneh, queso de cabra, romesco de chile pasa, aceite de hierbas, limón y aceite almendrado. Este plato sorprende y activa la memoria del paladar. No pierdas la oportunidad de explorar todo el menú y disfrutar de los atractivos gráficos que lo acompañan.

La noche del sábado casi se encuentra con la mañana del domingo. Un karaoke coreano, en una especie de barrio coreano no oficial, es el “after” perfecto para una noche de cócteles. Probamos algunos platillos tradicionales de la cocina coreana: arroz, pollo agridulce y un caldo picante de fideos y almejas. Abrimos algunas botellas de soju, una bebida destilada nativa de Corea, para ayudarnos a corear las mejores canciones de los 90s y 2000s. Si su película favorita tiene una escena de karaoke, definitivamente fue lo que vivimos aquella noche.

Las 72 horas de deleite culinario en Ciudad de Guatemala llegan a su fin con una última parada en Redy, conocida como la casa guatemalteca del pollo frito de autor. Aquí, los platillos clásicos se reinventan para ofrecer una experiencia gastronómica diferente. 

Sobre el pollo frito se puede decir lo mejor. Su capa exterior crujiente y dorada, sazonada con una mezcla de especias que contrasta perfectamente con la jugosidad y ternura de cada pieza. Entre los platos más destacados se encuentran el Sándwich Montecristo, el Chicken & Waffles, el Mac & Cheese con camarones, acompañados de una malteada de Oreo y una salsa de ketchup casera que simplemente cautiva los sentidos. 

Durante nuestra visita, Redy colaboró con Frito, su homólogo salvadoreño y una autoridad en el mundo del pollo frito en nuestro país, agregando aún más dimensión y variedad a la experiencia culinaria. Redy está ubicado en el solar Nº 18-55, del Blvd. Vista Hermosa, en la Zona 15. 

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