El sueño musical de Dasokeii, una historia de inspiración desde El Salvador

Descubre la historia de este músico y cantante, desde sus inicios en la costa salvadoreña hasta su ascenso en las listas de éxitos internacionales, inspirando a una generación con su talento único.

Dasokeii creció en una infancia sencilla, lejos del bullicio de la ciudad. Sus primeros pasos en el mundo musical fueron autodidactas, tocando una variedad de instrumentos que encontró en la banda musical de su escuela. Desde temprana edad, su curiosidad musical lo llevó a explorar el arte de la producción y a experimentar con la música electrónica. Fue en este proceso de descubrimiento donde surgió el nombre Dasokeii, una evolución de su proyecto anterior "That's OK" hasta encontrar una identidad propia en la música salvadoreña.

Las recientes nominaciones a los Premios Musica 503 marcan un momento importante en la carrera de Dasokeii. Para él, estas nominaciones son más que reconocimientos; son símbolos de la dedicación y el esfuerzo invertidos en su arte. Representan la validación de su trabajo y abren puertas hacia un futuro prometedor dentro y fuera de las fronteras de El Salvador.

Nos sentamos a platicar con Dasokeii para descubrir las complejidades de su proceso creativo. Para él, la música no es solo un conjunto de notas; es un reflejo de sus emociones y experiencias. Cuando enfrenta bloqueos creativos, abraza la introspección y ve esos momentos como oportunidades para crecer y explorar nuevos sonidos.

Dasokeii explora un estilo musical que fusiona elementos de la música electrónica con influencias latinas, especialmente del reguetón y otros géneros urbanos. Fotos: Mediana
¿Podrías compartir cuál es tu mayor aspiración personal en la vida?

Creo que mi mayor meta es poder mantener a mi familia de manera estable y brindarles todo lo que necesiten. Para mí, es importante poder ofrecerles a mis padres una vida que merecen, donde no les falte nada.

¿Qué significado tiene el nombre Dasokeii y cómo descubriste tu vocación como artista?

Inicialmente, mi proyecto se llamaba That's OK, un dúo de música electrónica que compartía con un amigo. Por diferencias creativas, decidimos separarnos y yo decidí conservar el nombre, ya que era el productor del proyecto. Durante este período de transición, me encontraba en un estado de incertidumbre sobre el tipo de música que quería crear. 

En este proceso me di cuenta de que no me sentía auténtico al hacer música en inglés. Sentía que no representaba quién era realmente y llegué a pensar que este estilo era más adecuado para un público estadounidense. Decidí alejarme de eso y descubrí que lo que realmente me apasionaba era la música latina en español, que me ofrecía una libertad creativa inmensa para explorar nuevos sonidos y estilos que no estaban convencionalmente aceptados en español en ese momento, como la música electrónica. Esta combinación era poco común.

Finalmente, tomé la decisión de cambiar mi nombre artístico de That's OK a Dasokeii. La transición surgió naturalmente cuando un amigo comenzó a llamarme Daso o Dasokey, y decidí adoptarlo como algo personal, como un símbolo de aceptación de mi nueva dirección artística. Dasokeii representaba mi identidad en evolución y mi decisión de abrazar completamente esta nueva fase de mi carrera musical.

¿Podrías contarnos sobre tu infancia y si tuviste alguna formación artística desde pequeño?

No tuve una formación artística profesional de mis padres u otras personas que tocaran un instrumento y me enseñaran. Mi primer acercamiento a la música fue en 2012 con la banda de la escuela, donde mostré un gran interés y aprendí rápidamente a tocar diferentes instrumentos. Al año siguiente, a los 12 o 13 años, ya estaba ayudando a los instructores a dirigir y enseñar. En ese mismo año, comencé a aprender a tocar la guitarra y a experimentar con la producción musical en un estudio. También aprendí a usar Virtual DJ. Estas experiencias me han enriquecido y me han sido útiles en mi vida actual, aunque en ese momento quizás no me daba cuenta de su importancia. 

Dasokeii, un joven salvadoreño de 23 años, se presenta como un artista nato y apasionado, comprometido con la escena musical en El Salvador. Fotos: Mediana
¿Qué influencias musicales han contribuido a dar forma a tu estilo artístico y a tu sonido?

Creo que el reggaeton es definitivamente la influencia más fuerte de Wisin y Yandel, Daddy Yankee, Don Omar, Plan B, y todos esos artistas, Hector El Father, Tito el Bambino, toda esa generación de artistas. El estilo de música electrónica de The Chainsmokers, también influyó bastante en lo que yo quería hacer con mi show sobre el escenario.

Bueno, he tenido algunas oportunidades de verte en el estudio, pero no conozco tu proceso creativo ni cómo te sumerges en el papel del artista. ¿Tienes algún ritual o método especial al componer y producir tus canciones?

Yo siento que cambia bastante dependiendo del estado de ánimo en el que me encuentre y del lugar en el que esté. Antes sentía que solo podía hacer música en mi casa porque estaba muy acostumbrado a eso. 

Antes de mudarme, solo hacía música en el patio de mi casa en la costa. Con el tiempo y al tener sesiones con más gente, descubrí que mi ritual, tal vez porque mis amigos lo han observado, es antes de empezar a escribir, preguntarme cómo me siento, qué experiencias he tenido estos días, qué me ha pasado. Siempre lo expreso en voz alta y siento que siempre surge algo de esa introspección. Creo que se ha vuelto una especie de costumbre para mí decirlo cada vez que voy a trabajar con alguien o incluso cuando estoy solo. Simplemente me sumerjo en mis pensamientos, a veces esperando a que llegue la inspiración.

¿Has enfrentado algún desafío en tu carrera como artista al crecer fuera de un entorno urbano?

Soy originario de la Costa del Sol, en La Paz, y me mudé aquí a San Salvador el año pasado. Durante mi tiempo en la costa, una de las dificultades más grandes era tener acceso al estudio de grabación. Venir a San Salvador significaba un gasto adicional, ya que no utilizaba el transporte público debido a que siempre cargaba con muchas cosas, como mi laptop, y prefería tomar Uber.

Además, más allá de lo que puedo controlar personalmente, la escena musical en El Salvador presenta desafíos debido a su inmadurez. Hay una falta de espacios para tocar en vivo, poca oferta de shows y a veces una falta de aprecio por la música local. Entiendo que existe cierto sesgo hacia nuestra música, quizás debido a un pasado específico con este tipo de géneros, lo cual ha llevado a una percepción negativa. Aunque afortunadamente no me ha afectado directamente, veo cómo puede desmotivar a otros artistas a seguir adelante.

Como artista es común enfrentar bloqueos creativos debido al constante ruido artístico. Me gustaría saber, ¿cómo lidias con esos momentos y qué haces para superar un bloqueo creativo cuando te encuentras en esa situación?

Yo he empezado a entender los bloqueos creativos de una manera diferente. Considero que cada vez que tengo un bloqueo creativo es porque hay algo en mí que no me gusta. Como si estoy cambiando algo. Mi manera de sobrellevar el bloqueo es nada más dándome un espacio o a veces presionando sobre una situación en particular. La verdad es que las dos funcionan. 

Cambiando de tema, me gustaría hablar sobre los Premios Música 503. ¿Qué significado tienen para ti las nominaciones que recibiste este año y cómo impactan tu carrera artística?

A nivel personal, yo nunca había ni siquiera tenido la expectativa de que podía ser parte de unos premios, que me podía llegar a ganar un premio o estar nominado, lo que sea. Nunca fue algo que tenía en mente. Ha sido una sorpresa muy bonita saber que hay una organización que quiere reconocer a artistas y que se da la tarea de organizar un evento tan complicado y que es un evento en el que los organizadores no van a quedar bien con todas las personas nunca. 

Yo admiro mucho el valor de las personas detrás de los premios. Este tipo de oportunidades generan competitividad que no sé si es sana, pero espero yo que en algún momento se vuelva sana y la veamos con una mirada de negocio. Creo que el estatus de los premios o la relevancia de los premios no depende en sí del nombre de los premios, sino de los artistas que participan en los premios. 

Mientras nosotros vayamos creciendo, va a crecer el valor de los Premios Música 503. Probablemente ahorita tener un reconocimiento de estos no significa nada para mucha gente. Creo que depende de nosotros hacer crecer ese valor.

¿Cuántas nominaciones tienes este año?

Tengo cinco nominaciones propias, y además hay otras cuatro en las que participé como productor para otros artistas locales. En total, podríamos decir que tengo nueve nominaciones en conjunto.

Dasokeii utiliza moodboards en Pinterest para plasmar visualmente sus ideas musicales. Fotos: Mediana
Hablemos sobre el futuro, ¿cómo te imaginas dentro de tres años?

En tres años, me visualizo teniendo mi propia casa. A veces pienso que estoy un poco obsesionado con esa meta, pero es algo que veo claramente en mi futuro. En el aspecto profesional, me imagino realizando giras internacionales. Creo que esto puede ocurrir más pronto de lo que la gente espera. En tres años, espero estar inmerso en ese movimiento internacional, viajando constantemente y representando mi música fuera del país. 

Además, me veo trabajando como productor para otros artistas. La producción es una de las partes que más disfruto de la música, tanto para mi propio proyecto como para colaborar con otros. A veces, siento que trabajar en mi propia música puede volverse un poco agobiante. Al colaborar con otros artistas, experimento una mayor libertad creativa. Es extraño, pero a menudo encuentro que al tener ideas tan claras para mi propio trabajo, me encierro en ellas. De trabajar con otros me emociona explorar nuevas ideas y ver cómo reaccionan los artistas al resultado final de una canción.

Y además de la música, ¿tienes otras pasiones?

Sabes, es un poco triste, pero creo que solo la música es mi verdadera pasión. Aunque, pensándolo bien, disfruto mucho pasar tiempo con las personas que aprecio. No soy muy fan de estar rodeado de mucha gente, pero sí me gusta reunirme con mi círculo cercano cuando podemos. A veces pecamos de no vernos tanto como quisiéramos, pero valoro mucho esa conexión con quienes me hacen sentir bien y con quienes puedo ser yo mismo. Compartir tiempo de calidad con las personas es algo que realmente disfruto.

Entiendo que hay muchas personas que admiran lo que haces y quieren seguir tus pasos en la música. ¿Qué mensaje les darías a aquellos que te admiran y han apoyado tu carrera hasta ahora?

Creo que en general, este mensaje no es solo para las personas que hacen música, sino para todos aquellos que, por temor a la opinión de los demás o al posible resultado, no se atreven a dar el paso. Les diría que no hay peor cosa que quedarse con las ganas y las dudas de no haberlo intentado. 

Recuerdo cómo un día comencé a hacer música y a aprender a usar un programa; eventualmente, terminé abriendo shows y conciertos para artistas grandes a quienes admiraba. Yo vengo de un lugar apartado, de un contexto muy alejado del bullicio de la ciudad y en una familia humilde. Jamás imaginé que algún día podría independizarme y vivir de la música. 

Si yo, que provengo de un lugar remoto donde nadie más ha surgido como artista, pude llegar hasta aquí, entonces cualquier persona con determinación, resiliencia y un poco de oportunidades, puede lograrlo también. Creo que el secreto está en persistir y en encontrar el momento adecuado, porque si solo lo intentas una vez, puede que no sea el momento adecuado. Pero si persistes, como comprar un boleto de lotería todos los días, eventualmente la oportunidad llegará. Así que los animó a atreverse y a no temer al resultado, porque siempre se puede empezar con miedo.

Dasokeii y Gaby Nieto mantienen una amistad que trasciende la música y se convierte en una colaboración que ha marcado momentos importantes en la escena musical local. Fotos: Mediana
¿Estás cumpliendo con tus sueños?

Sí, a veces reflexiono mucho sobre el punto en el que estoy en mi vida y pienso que podría haber elegido otro camino. Pero luego recuerdo que solo tengo 23 años y ya he logrado más de lo que esperaba a esta edad. A veces siento que Dios se enojaría conmigo si me escuchara quejarme, porque estoy viviendo exactamente lo que quería vivir. 

A veces me absorbo tanto en mis actividades que olvido disfrutar el momento y apreciar lo lejos que he llegado. Por ejemplo, cuando llego a casa después de una larga sesión en el estudio y ceno solo, me doy cuenta de que estoy viviendo la vida independiente que siempre soñé. Preparar mi cena y disfrutarla solo me llena de satisfacción.

La fama nunca ha sido mi objetivo principal y probablemente nunca lo será. Si en el futuro decido dejar de ser artista y enfocarme únicamente en producir para otros artistas, seguiré siendo feliz. Creo que lo que más me llena es tener la oportunidad de ayudar a otros artistas a alcanzar su potencial y vivir de esto.

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