La reconocida presentadora Luciana Sandoval comparte sus experiencias y lecciones aprendidas en una entrevista que marca el final de una era en la televisión salvadoreña tras su salida de Viva la Mañana.
En el dinámico mundo de la televisión salvadoreña, pocos nombres resuenan con tanto cariño y reconocimiento como el de Luciana Sandoval. Durante 18 años, Luciana ha sido el rostro sonriente y vibrante detrás del icónico programa Viva la Mañana, cautivando a la audiencia con su calidez y profesionalismo. Sin embargo, todo viaje tiene su destino, y para Luciana, ese destino marca un cambio significativo en su carrera televisiva.
Después de casi dos décadas al frente de la primera tele revista de la Telecorporación Salvadoreña, Luciana Sandoval ha decidido tomar un nuevo rumbo, anunciando su retiro del programa que la vio crecer y madurar como conductora. En esta emotiva e intima entrevista, Luciana comparte sus pensamientos, recuerdos y las razones detrás de esta decisión crucial.
Desde los momentos más destacados de su carrera hasta los desafíos personales que ha enfrentado, Luciana nos guía a través de su viaje, revelando las lecciones aprendidas, los aciertos y desaciertos, y el papel fundamental que su conexión con el público ha desempeñado en su trayectoria.
Acompáñanos a explorar la mente y el corazón de Luciana Sandoval, mientras nos brinda una visión íntima de su evolución profesional, los momentos que la han marcado y los sueños que la impulsan hacia nuevos horizontes. Este no es solo un adiós a Viva la Mañana, sino un emocionante saludo a lo que vendrá para esta querida figura de la televisión salvadoreña.
Luciana, has decidido retirarte de Viva la Mañana después de una exitosa carrera de 18 años al frente del programa. ¿Cuáles fueron los momentos más destacados para ti y cómo influyeron en tu decisión de dejar la pantalla chica?
Hay tantos momentos por recordar que han marcado esta historia de 18 años. El primero y más importante es el inicio de Viva la Mañana, con todo el apoyo de la Telecorporación Salvadoreña. Esa efervescencia de hacer equipo con personas conocidas y nuevas, ese momento sí lo recuerdo con mucha ilusión, con una Luciana mucho más joven y emocionada por iniciar la primera tele revista de la Telecorporación Salvadoreña. Definitivamente, este será un momento que no voy a olvidar. La permanencia por 18 años está llena de momentos históricos.
Durante momentos difíciles, como la pandemia, no detuvimos labores y nos mantuvimos frente a las cámaras. Creo que eso nos animaba a levantarnos y sentir que parte de nuestra rutina se mantenía. Con un sinfín de normas y medidas, no fue fácil, pero sí estoy consciente del rol que jugamos en ese momento y fue bastante retador. Durante ese periodo teníamos reuniones virtuales, platicábamos del programa, se planificaban algunas cosas, pero también nos servía para hacer catarsis y platicar de nuestros temores. Fue una época enriquecedora.
Creo que somos seres de ciclos y este momento nunca pensé que fuera a finalizar. Siempre creí que a mí me iban a sacar de ahí, que un día me iban a decir "Luciana, gracias y adiós". Dios puso en mi corazoncito esa cosquillita de "será que aquí debemos de seguir", "Será que esto es lo que quieres para esta nueva etapa?", "Será que profesionalmente quieres experimentar otros formatos?" Y sí, sí lo quiero, eso me animó a tomar una decisión difícil, que batallé sola. Cuando pedí consejos, me dijeron "es tu decisión, tómala". Al final estoy satisfecha, feliz y en paz.
Viva la Mañana seguirá siendo mi casa y mi familia, yo lo siento así. El programa que me vio madurar. Yo llegué siendo ya una conductora de televisión, con cierto grado de experiencia en revistas televisivas, pero me fortalecí dentro del programa y crecí. Por todo eso lo siento como un hogar.
A lo largo de tu carrera, has sido una figura influyente en la televisión salvadoreña. ¿Cómo describirías tu evolución profesional y personal desde tus inicios hasta ahora?
¡Vaya! Ha sido como subirse a una montaña rusa porque han sido diferentes etapas de aprendizaje en estos 23 años en la televisión. Durante este tiempo, he experimentado una evolución constante, adaptándome a los cambios en los medios de comunicación. Recordar cómo era la comunicación con la audiencia en los inicios y compararlo con la actualidad donde las redes sociales juegan un papel fundamental, ha sido parte esencial de mi aprendizaje. La participación inmediata y la respuesta directa del televidente han transformado por completo la dinámica. Hay un ojo más crítico observandonos y una interacción diferente.
Creo que hemos crecido juntos con la audiencia; hemos compartido apoyos y afectos. Esta conexión ha sido una de las mayores ganancias que he tenido en todos estos años y sigue sorprendiéndome. La reciprocidad con la audiencia ha superado mis expectativas, llegando incluso a pensar que he recibido más de lo que merezco. Por cierto, me acaban de regañar por expresar eso. La nobleza de la gente a veces supera lo que uno realmente cree merecer.
Seguramente has enfrentado desafíos en el medio. ¿Podrías compartir con nosotros algún desafío significativo que hayas superado y cómo esa experiencia te ha moldeado como persona y profesional?
Los desafíos personales son una constante, ya que no todos los días amaneces radiante, sonriente y con la musiquita (del programa) dentro de tu cabeza. Como todos, he tenido días buenos y otros no tan buenos, pero entendí que mi misión es mostrar el rostro amable y la mejor actitud ante la audiencia. Aprendí eso también. En lo personal, he atravesado momentos difíciles y otros verdaderamente desafiantes. Sin embargo, siempre estuve ahí, sin detenerme. El trabajo se convirtió en mi refugio en algunas ocasiones.
A nivel personal, he aprendido a abrirme más. Si bien siempre he sido una persona reservada con mi vida, descubrí que estaba rodeada de gente maravillosa. Abrirme un poco más con ese círculo profesional que, al final del día, se convierte en familia y amigos, ha sido enriquecedor.
En cuanto a los desafíos profesionales, destaco los cambios que experimentó Viva la Mañana. Cambios impulsados desde la Dirección y decisiones de compañeros de abandonar el programa. Me tocó cambiar de colegas en diferentes ocasiones y eso no siempre es fácil de enfrentar porque hay cariño, apego y una dinámica de trabajo en la que debes adaptarte a nuevas personas, pero no quiere decir que dejás de extrañar a tus compañeros anteriores. Si algo ha caracterizado a Viva la Mañana es el ambiente sano, un espacio donde se puede hacer equipo, respaldarnos unos a otros y cuidarnos. A pesar de las reestructuraciones, los cambios siempre han sido para bien a lo largo de todos estos años.
Como conductora de un programa exitoso, has tenido que lidiar con la presión y las expectativas del público. ¿Cómo manejas la presión mediática y cómo ha afectado tu vida personal?
Creo que es cuestión de mentalidad. Siempre he tenido claro que esa era mi misión, una parte de mi trabajo y un deseo personal por dar lo mejor al público. No siempre fui la mejor, y más de una vez deben haberlo notado, somos humanos y es difícil batallar con la tristeza, la preocupación y el estrés. Me he esforzado por dejar eso afuera del set de televisión y tratar de entrar con la mejor actitud. Mi equipo de trabajo, como la maquillista o el microfonista, a veces notaban mi estado y me decían cosas como "¿Qué le pasa, mi niña?", "Viene cansadita", "¿Le pasa algo?" y siempre trataba de cambiar el chip y decirme a mí misma que estoy allí para hacer televisión.
No creo que haya afectado mi vida personal. Me he ido adaptando. Cuando comencé, no existían las redes sociales ni este escrutinio público al que estamos sometidos hoy en día. No solo quienes trabajamos en televisión o en medios de comunicación, sino todas las personas que tienen una red social o un espacio donde comparten cierto contenido de su día a día. Sabes que alguien puede no estar de acuerdo y que siempre habrá comentarios. Me fui adaptando y siempre he tenido claro que no es obligatorio agradarle a todo el mundo. Siempre habrá alguien que diga "ella no me agrada", eso es respetable. Entre más opciones tengamos, el panorama será más amplio, y cada quien encontrará con quién se identifica.
No me agrada la crueldad de algunas personas que buscan llamar la atención. Quiero creer que no te odian, sino que tienen una necesidad tan fuerte de decir "aquí estoy, véanme". Es la misma soledad que estamos experimentando en esta época, la necesidad de atención y afecto. Yo lo he vivido. Creo que es algo con lo que debemos lidiar hoy en día. Debemos ser cuidadosos con lo que decimos, expresamos o escribimos, porque todo tiene repercusiones. A veces las personas lo hacen sin querer, pero eso daña. Nuestro punto de vista puede herir a otras personas. Debemos ser conscientes de eso y ser más responsables.
Hablando de aciertos y desaciertos, ¿hay alguna decisión específica a lo largo de tu carrera que consideres un acierto rotundo y alguna que, en retrospectiva, cambiarías?
Cada giro en mi carrera ha sido un acierto rotundo. No me quejo ni me arrepiento de nada. Cada paso dado, las oportunidades y puertas que se abrieron, he tratado de aprovecharlas al máximo y de honrarlas. Eso es lo que me enseñaron: cuando alguien cree en ti, tratá de honrar ese espacio que te dieron.
En cuanto a desaciertos, no sé... Hubo una oportunidad que se presentó. Audicioné para algo fuera del país y quizás me quedó el sentimiento de "pude haber hecho un poquito más". No quedé totalmente satisfecha, pero al final acepté lo que sucedió y el rumbo que tomó esa oportunidad. Claramente, no era para mí, pero podría haber dado un poco más.
Tu conexión con el público es evidente. ¿Cómo has cultivado esa relación a lo largo de los años y qué significa para ti el apoyo de tus seguidores?
¡Todo! Son lindos, son combustible, son ese aliento para seguir adelante. A ellos nos debemos. A veces uno cree que las cosas se dan porque le caes bien al que te está contratando o porque crees que sos demasiado bueno para hacer algo. Pero realmente es el público el que dice “hasta aquí”. Cuando el público dice ya no, el que firma tu contrato dice ya no. El público es el que va dictando el rumbo de tu carrera. Obviamente, uno con su trabajo y sus acciones va generando estar ahí y tener esa conexión con ellos.
Agradezco que las personas me sientan cercana; eso ha sido un gran regalo de la vida porque permite que no tengan temor de saludarme si nos encontramos en la calle y tener esa retroalimentación directamente de ellos. La tengo a través de las redes, pero no es lo mismo encontrarme con alguien en la calle y que me digan “a mí no me gusta esto” o “haga tal cosa”. Estas interacciones las he tenido todo este tiempo en la televisión y se los agradezco porque ha sido una buena brújula. La relación con el público es hermosa.
Al dejar Viva la Mañana, ¿tenés algún proyecto a corto plazo que puedas adelantarnos? ¿O hay algún sueño profesional que estés ansiosa por perseguir fuera de la pantalla?
Estoy llena de sueños; hay muchísimas cosas que quiero hacer. La consolidación de mi empresa "Está de moda" tiene mucho por hacer y quiero empezar a fortalecerla en este 2024.
En televisión, obviamente, hay un proyecto a las puertas del próximo año. Comienzo una nueva etapa en TCS junto a mis amigas de Liberadas. Así que a mediados de enero nos estaremos viendo. Es un equipo de trabajo con el que ya he compartido; las conozco a todas y he tenido experiencias muy lindas con las cuatro. Es un formato totalmente diferente, en un horario totalmente diferente, pero es un espacio que me gusta y me ilusiona. Estoy segura de que también al público le va a gustar el nuevo Liberadas.
Al cambiar de programa, ¿cómo esperas que esta transición afecte tu estilo y enfoque como conductora? ¿Hay aspectos específicos que te gustaría explorar o destacar en esta nueva etapa?
Siempre lo he dicho y respeto muchísimo a quienes hablan de un personaje en televisión. Yo no soy un personaje en televisión. Soy Luciana y mi estilo no va a cambiar; no voy a dejar de ser Luciana. Creo que al programa que fuese, no me haría cambiar. Hay un camino recorrido que ha consolidado una manera de ser y de hacer las cosas.
No sería fiel a mí misma si hiciera un cambio de estilo. Los años de experiencia ya van dictando, a la hora de estar en un proyecto diferente, el tono que tengo que ir tomando, pero la esencia es la misma. Se me haría muy difícil ser una Luciana más seria. Si algo me da risa, me voy a reír; si algo me entristece, lo más seguro es que una lágrima se me va a salir. No soy un personaje, no soy una actriz en televisión; soy una persona que vive, sueña y aprende igual que todos, frente a una cámara.
¿Cómo ha influido el matrimonio en tu perspectiva y en tus planes a futuro, tanto a nivel personal como profesional?
¡En todo! El matrimonio ha venido a cambiar mi vida. Es una etapa hermosa de madurez. Todos cambiamos con los años y con el tiempo; obviamente, no soy la Luciana de cuando tenía 20 años. Soy Luciana de 43 años, al lado de un hombre con el que compartimos muchos ideales, sueños y deseos juntos.
Hoy soy consciente, más que nunca, del tiempo que quiero compartir con él y con mi familia. El matrimonio irá dictando algunos cambios que iré experimentando, en mi trabajo, en mi día a día, en mi rutina. Ya lo está haciendo, sin lugar a dudas. Saber que hoy me puedo quedar en casa por la mañana, compartir el desayuno con mi esposo y entrenar juntos, todas esas cosas me ilusionan y son parte de las decisiones que quiero para mi vida en esta etapa.
El público siempre está interesado en las lecciones aprendidas. ¿Cuáles son las lecciones más valiosas que te llevás de tu tiempo en Viva la Mañana y cómo crees que te ayudarán en tu próxima etapa?
Yo creo que una de las lecciones más importantes es que de todos se aprende. Con tantas personas con las que he tenido contacto a través de Viva la Mañana, no solo de los que son parte del equipo, sino también de tus compañeros que están a la par tuya, que son grandes profesionales del micrófono, de las personas de producción que son increíbles con todos los recursos tecnológicos y de cada profesional que en algún momento puso un pie en Viva La Mañana, de todos he aprendido en estos 18 años.
Esta lección me la enseñó mi madre cuando era todavía muy pequeña: “Hija, de todas las personas hay algo que aprender. Hasta lo que no querés para tu vida lo podés aprender de otra persona”. De ver cómo se comportan, de ver cómo actúan. Hasta de ahí puedes aprender que eso no es lo que quieres para ti, o eso es algo que yo sí quisiera replicar.
A mí me ha sucedido. Hay personas con tantas virtudes con las que he tenido el gusto de estar al lado de ellas, tan sencillas, tan humanas, tan cercanas, tan cálidas; que eso es lo que ha hecho más difícil esta decisión de alejarme de este equipo de trabajo. Me quedo formando parte de la misma familia, por supuesto que sí.No los voy a estar viendo todos los días y lo acepto, soy una persona de apegos y eso ha sido complicado con esta decisión, pero soy consciente de que van a seguir siendo mis amigos y formando parte de mi vida por el gran cariño que les tengo.
"Con la edad he llegado a madurar mis pensamientos al respecto y puedo decir que somos crueles como sociedad; vemos a una mujer y pensamos que tiene que ser mamá y si no lo es, empezamos a sacar conjeturas y hacernos historias en la cabeza de por qué razón no es mamá", Luciana Sandoval respecto a la maternidad
Con tu ausencia todas las mañanas, los espectadores se preguntarán qué pueden esperar de Luciana Sandoval en el futuro. ¿Hay alguna faceta de ti que el público aún no ha visto y que planeas mostrar en los próximos meses?
Una Luciana muchísimo más relajada. Quiero fluir, quiero tener una vida más tranquila, con mucho más orden. He andado corriendo todo el tiempo y le doy gracias a Dios por haberlo hecho; he sido una persona muy dinámica, muy productiva durante todos estos años. Eso es una bendición y eso me ha traído muchas satisfacciones y frutos, pero en esta etapa quiero tranquilidad y más equilibrio; quiero cuidarme más. Es muy probable que me vean en ese mood, una Luciana que tal vez no la van a ver todo el tiempo en su rol de comunicadora, sino más de esposa, puede ser de ama de casa que no me han visto mucho, pero que sí quiero explorar esa parte, saborear esas bendiciones y agradecerlas.
La posibilidad de ser madre es un tema que a menudo interesa al público. ¿Te sientes cómoda compartiendo tus planes o aspiraciones respecto a la maternidad en este momento de tu vida?
Sí, es que mi deseo está ahí. Ha estado ahí y no se ha desvanecido, pero no siempre las cosas se dan como uno las espera o las piensa. No tengo problema de que me lo pregunten, ni compartir sobre eso tampoco, pero sí me da tristeza cómo a veces se trata ese tema. Con la edad he llegado a madurar mis pensamientos al respecto y puedo decir que somos crueles como sociedad; vemos a una mujer y pensamos que tiene que ser mamá y si no lo es, empezamos a sacar conjeturas y hacernos historias en la cabeza de por qué razón no es mamá.
He recibido cualquier cantidad de comentarios sobre por qué no soy mamá y todos están alejados de la realidad. Creo que es injusto y como yo, habrá muchísimas otras mujeres en la misma posición. Tal vez tengan el deseo, tal vez no lo tengan y debe ser respetado. Nuevamente lo digo, sí tengo el deseo de ser mamá, pero también estoy clara de que si esa posibilidad no llega a mi vida, igual agradezco la vida que Dios me dé. Así no se dé ese deseo de mi corazón, aceptaré los planes que Dios quiera para mi vida. No hay otras razones.
Sí me da tristeza eso; de repente dicen: "Es que ella no quiere porque se va a engordar" y otras cosas más, me parece absurdo. Siento que hay muchas mujeres que experimentan eso también. Por eso muchas no expresan el "creo que estoy lista" o "creo que no es para mí". Aplaudo a las mujeres que hoy por hoy se sienten un poco más seguras de expresar un "no quiero ser mamá" o "no creo que ese sea el camino que yo quiero".
Las parejas que juntas lo deciden, lo afrontan y lo dicen a todo el mundo, aplaudo esas posturas. No es mi caso, pero debemos aprender a ser más respetuosos, a no tener prejuicios y a no querer gobernar la vida del otro diciéndole cuáles son los pasos a seguir. Hoy puedo estar a la par de otra mujer que tenga mi misma edad, que incluso tengamos muchas similitudes, pero al mismo tiempo vamos a encontrar muchas diferencias. Cada uno somos distintos, incluso en este tema.
Para finalizar, ¿qué mensaje le enviarías a tus seguidores y a la audiencia que te ha acompañado a lo largo de estos años? ¿Hay algo que quieras compartir con ellos sobre este nuevo capítulo en tu vida?
Yo creo que el mensaje más valioso es: me tienen viviendo en gratitud en este momento. Me tienen feliz, llena de amor, porque eso es lo que he recibido de todos ustedes y lo único que les puedo decir es les agradezco. Gracias a ustedes, yo continúo haciendo lo que me encanta hacer, que es hacer televisión, que son los medios. Sigo ilusionada y emocionada como cuando inicié y apenas tenía 19 años. Sé que cuento con ustedes. Yo les agradezco con toda el alma el apoyo incondicional que me han brindado durante todos estos años. Sé que seguiremos creciendo, aprendiendo los unos de los otros y que vamos a vivir grandes experiencias, así que los espero el próximo año, 2024, en "Liberadas".