El Salvador se prepara para el estreno de “Chicago” con las talentosas hermanas Aranda y Gracia González

Vamos detrás del telón para una plática sin precedentes con las hermanas Aranda y Gracia González, quienes revelan con lujo de detalle la pasión que han llevado a la adaptación del icónico musical "Chicago" al escenario salvadoreño.

La anticipación está en su apogeo a pocos días del debut de la adaptación salvadoreña de "Chicago", ejecutada por las reconocidas hermanas María Elena y Diana Aranda, fundadoras y productoras de OnStage. Mientras nos preparamos para recibir una producción teatral sin precedentes, nos reunimos con las mentes maestras detrás de este emocionante montaje. En la conversación también participó Gracia González, figura clave en esta adaptación del icónico musical "Chicago" al español.

Esta no es una producción teatral ordinaria; es un evento que marcará un hito en la escena artística salvadoreña, según las propias hermanas Aranda, reconocidas por su larga trayectoria en el mundo de la danza y el teatro, quienes además han aportado nuevos aires a las tablas salvadoreñas. Es la primera vez que un espectáculo musical alcanza un nivel de producción tan excepcional en estas tierras, por lo que la relevancia de "Chicago" para el teatro en El Salvador no puede ser subestimada.

Más de 45 individuos talentosos están inmersos en la meticulosa elaboración de este musical que se estrenará en la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador, el próximo viernes 8 de marzo. Entre ellos se encuentran 22 actores, bailarines y cantantes, 17 músicos que conforman la orquesta, incluyendo a su directora, y 9 personas del equipo técnico, entre ellas las visionarias hermanas María Elena Aranda y Diana Aranda, así como otros nombres de peso tras bastidores, como Roberto Salomón, Gisela Estrada, Ale Pinto y otros.

El papel desempeñado por Gracia González ha sido fundamental en la traducción y adaptación del guión al español, asegurando que la esencia del espectáculo sea capturada fielmente en cada palabra.

El elenco, una asombrosa mezcla de talento local, incluye a destacados artistas salvadoreños como Priscilla Escalante, Enrique Morán, Mario Guardado, Emerson Ayala, Kathya Najarro, Adriana Cortez, Eli Valdez, Rolando Lobos, Kennya Padrón, Paola Cea, Jesus Suadi, Maryanne Nerio, Rodrigo Flores, Ale Nolasco, Gracia Gonzales, Óscar Corcio y Charlie Murcia.

Ahora, permitan que les llevemos a través de la fascinante conversación que tuvimos con María Elena, Diana y Gracia, quienes comparten con nosotros su visión y pasión detrás de esta emocionante producción.

Diana Aranda revisa los detalles del último ensayo de Chicago, dentro de su estudio ubicado en Santa Elena, La Libertad. Al fondo aparece Gracia González en su personificación de Mary Sushine. Foto: Mediana
Walu: Gracias por recibirme en el último ensayo en este estudio. Cuéntenme ¿cuál fue la inspiración para traer Chicago a El Salvador?

María Elena: ¿Yo? ja, ja, ja.

Diana: Pues sí, porque vos fuiste la inventora ja, ja, ja.

María Elena: Con Diana todos los años hacemos una programación de las producciones que nosotros queremos hacer el siguiente año. Surgieron varias opciones. Yo sentía que era el momento de cambiar un poquito al público a quien nos estábamos dirigiendo, porque las últimas producciones que veníamos haciendo eran de corte familiar, un teatro más ingenuo, más mágico. 

Antes de Elf, hicimos Don Quijote que era un ballet que también es bien fantasioso, bien ameno, super alegre, cómico, pero seguía siendo familiar entonces yo venía con esa pila de cambiar un poquito y hacer algo dramático, la verdad.

Diana en realidad tenía un poco de miedo, pero yo desde el principio decía, ‘es que tiene que ser Chicago, no puede ser nada más’. Obviamente el proyecto es muy grande, entonces era normal tener miedo. Yo le dije: ¿No estás segura? Habla con tal persona y que te aclare todas tus inquietudes y si quedás satisfecha con la respuesta, entonces lo hacemos.

 

Walu: Entonces aclararon todas las dudas porque aquí estamos

Diana: Con lo que me dijeron más bien hubiera sido ‘no lo hagamos’, pero yo soy una persona súper investigadora y a mí me gusta conocer hasta el fondo todo, para poder tomar una decisión. Me sumergí completamente en el mundo de Chicago. Me compré los libros de mayor referencia para este musical; la obra que escribió Maurine Dallas Watkins, luego el otro libro que es la historia de todas las asesinas y luego también hice un viaje a Nueva York, me fui a meter absolutamente a todas las bibliotecas que podía e investigué todo lo que pude. Con eso simple y sencillamente me terminé de convencer. 

Esta obra está maravillosamente bien escrita. Lo que a mí me fascina es que tú estás presentando el mundo de una manera tan irónica y tan satírica, que te lleva aunque no lo querrás al análisis. Con Gracia hicimos el trabajo de recopilar absolutamente toda la información que podíamos tener acerca de la obra.

Era gracioso porque mi hermana y yo sabíamos que íbamos a hacer este musical, pero era un secreto. Compramos los derechos y no le dijimos a nadie, ni a nuestros esposos. La primera persona en saber fue Gracia porque necesitábamos a alguien para hacer la traducción, entonces era súper importante que la persona que tradujera este texto pudiera entender nuestra visión y Gracia, que ha estado tan cerca de nosotros desde que era pequeña, era capaz de esto.

Walu: Me parece interesante algo que acabás de decir, ¿cómo funciona producir una obra musical con derechos?

Diana: Mirá, en el 2018 comenzamos a gestionar los derechos para producir otro musical, que no vamos a decir el nombre ahorita ja, ja, ja, con la misma oficina que administra los derechos de Chicago. Yo había tenido un acercamiento con la misma persona con la que al final se gestiona todo. 

Entonces cuando ya volví a escribir por Chicago pues todo fluyó muchísimo más rápido porque ya tenían toda nuestra información, el catálogo de todo lo que hemos hecho, cómo hemos trabajado. 

María Elena: Producir un musical con derechos, no solo es venir y copiar, o decir ‘lo voy a sacar de YouTube o lo voy a sacar de Spotify’. Luego ellos tampoco es que le dan los derechos a cualquiera, sino que también evalúan, investigan y analizan a los aplicantes.

Creo que sirvió mucho traer al país el musical de Elf, con derechos. Eso también respaldó un poco para que nos aprobarán los derechos de producir Chicago relativamente rápido. 

Walu: Y en todo este proceso ¿qué desafíos enfrentaron al adaptar el musical al contexto salvadoreño?

Diana: Era un poco delicado por el contexto del país, pero creo que lo logramos de la manera más balanceada, perfecta y sutil.

María Elena: Nos enfocamos directamente en los hechos que pasaron en esa época, en ese lugar en específico. Sin que nadie se sienta aludido de que estas situaciones pueden estar pasando en este momento aquí

Diana: ¡Exacto!

Walu: ¿Hubo algo que se modificó para esta adaptación de Chicago?

Diana: No ha sido modificado realmente nada. Más bien es la personificación de cada personaje. Cómo cada personaje se aborda, se desarrolla y se lleva a escena por parte de cada actor. Ha sido lindísimo el trabajo de cada uno de los personajes principales. Es gente con muchísimo bagaje, con mucha experiencia. Creo que cada uno en su papel ha logrado desarrollar muy bien cada una de esos aspectos que se tiene que ver en cada personaje.

Diana: Esta es una obra importante. Decidimos que estábamos listas, en este momento específico, para poder llevar a cabo semejante producción y poderla dirigir de manera general, porque realmente es una obra súper difícil. Es demandante, es sumamente complicada porque necesita de entrada un elenco que tenga una base, tanto los músicos como los actores que están en escena. Necesitas bailarines con formación clásica que puedan bailar jazz, que puedan actuar y que puedan cantar. 

Diana: De entrada solo armar el casting ya era un reto. Hay pocas personas con ese nivel técnico aquí. El segundo reto era con la orquesta, pasaba exactamente lo mismo. Se necesitaban personas que pudieran leer partituras complicadas a primera vista.

Gracia: Este musical tiene la particularidad que la orquesta es como un personaje más y ese formato te ayuda muchísimo a contar la historia, no es como que vos tenes un track de fondo y suena la canción y canto encima, sino que realmente hay mucha interacción en tiempo real con los diálogos, con todo. No solamente los músicos y los actores, sino la directora, todos tienen que estar en la misma sintonía, porque la orquesta te ayuda a contar la historia tal cual. Todo esto exige un nivel extra que aquí nadie está acostumbrado a hacer, pero jamás. En ese sentido para todos ha sido súper retador y sumamente emocionante. 

María Elena: Esta producción ha sido como una escuela en general. Yo considero que todos los que forman parte de esta producción de Chicago son excelentes artistas con gran trayectoria y de quienes me siento sumamente orgullosa. Todos han ganado otro nivel de escuela con este montaje y han aprendido a trabajar de otra forma. A otro ritmo.

Walu: Creo que es buen momento para hablar del proceso de traducir este guión

Gracia: Fue un proceso largo, fueron un par de meses intensos y empezamos como decía Diana con la investigación. Porque no es lo mismo que tú hayas visto la película o que escuches una canción, a que tú entendás el trasfondo, a que tú sepás que esto es una historia basada en historias reales, que fueron mujeres reales. 

Esto fue un boom de asesinatos cometidos por mujeres en Chicago en aquella época. Esto de verdad pasó y hubo una periodista que cubrió todo esto y ella fue la que dijo ‘estas historias hay que hacerlas una obra’ y entender todo el viaje para que esa obra después llegasen a convertirse en un musical. No de entrada dijo ella ‘sí que se haga el musical’, sino que al contrario ella quería que la historia se contara de la manera en que era su intención original.

María Elena: Estamos bien satisfechas con el resultado del guión porque no sólo venimos y agarramos el guión y a traducir literal el guión del inglés al español, sino que hubo una investigación de por qué Roxy era así. Entonces, ya sabés por qué poner esas palabras en la boca de Roxy, o por qué Roxy actuaba de esta manera, y así se hizo con cada personaje. 

No solo fue venir y traducir ‘hello a hola’. No fue ese tipo de traducción, como dijo Diana, la investigación que se hizo de la obra fue para en verdad mantener la esencia, yo creo que eso también ha ayudado para que cada actor pueda construir el personaje que está interpretando, porque hay un poco más de investigación, de retrospectiva y eso ha hecho que el guión sea un éxito. Luego con las canciones. Con el inglés se pueden decir algo con tan poquitas palabras y en el español tenemos que estirar las palabras para decir algo.

Gracia: Traducir las canciones fue todo un reto porque tenías que tomar en cuenta lo que dice la canción y la trascendencia de esa canción en la historia. Cada canción realmente tiene un objetivo, no es que el personaje se pone a cantar porque le dio la gana, sino que realmente cumple un rol en la historia. ¿Qué se cuenta de la historia en esa canción? ¿qué dice textualmente? ¿qué chistes se cuentan? Esto quiérase o no es una comedia, un poco negra, pero una comedia. 

Las canciones tienen chistes y no puedo quitarle todos los chistes, sino que siempre tiene que ser chistoso, pero lo que es chistoso en inglés no necesariamente da risa en español. Entonces tenés que hallarle ese sentido, tenés que respetar la estructura de rimas por ejemplo: si cada verso de esta estrofa de cuatro líneas terminó rimando cada una, todas tienen que rimar y tengo que respetar las ideas que estamos diciendo y a la vez tienen que caber. Si en inglés yo dije algo en tres sílabas, en español necesito seis. Tengo que ver qué rayos hago para reducir eso, que se mantenga el sentido y además que sea fácil de cantar. 

Es todo un reto hacer eso con las canciones y que se sientan bonitas. Otra cosa es que Chicago es tan conocido y hay canciones tan emblemáticas que a veces pasa como cuando traducís algo y decís ‘perdió el chiste, ya no me gusta’. Yo soy la primera que odia eso, pasa por ejemplo en las películas traducidas. Fue un gran trabajo hacer que este musical que suena tan lindo en el idioma original, no suene mal en español. Sino que al contrario, que te guste, que guarde el sentido. 

Hubo momentos en los que nos reunimos las tres y era como, cantemosla, veamos cómo va la traducción. En esa etapa decimos cosas como: ‘no, es que esta frase no funciona’ o ‘es que esta palabra no funciona’. Ahí estábamos con la bendita palabra semana tras semana. Ha sido un proceso minucioso, por eso estamos tan contentas con el resultado porque realmente uno lo escucha y se disfruta cada canción, cada cosa se goza.

María Elena: Yo imagino que Gracia, después de ver lo que ella escribió y lo que ella cantó, debe sentir algún tipo de satisfacción, emoción o no sé. Ja, ja, ja.

Diana: Fue así mirá. Fíjate que la primera vez que llegamos hasta el final de la obra y que estábamos justo en el momento cuando, yo me pongo un poco eriza solo de recordarlo. Estaba Gracia dando sus últimos textos y yo sentí exactamente lo mismo que sintió Gracia y nos volteamos a ver y las dos estábamos con los ojos a punto de llorar porque dijimos: Después de tantos meses de estar trabajando, llegamos a este momento donde ya lo estamos viendo plasmado con todo el elenco y fue bien emocionante. Entonces nos paramos y nos abrazamos porque fue como ¡qué lindo!

Walu: Hablemos sobre la parte visual ¿Cómo describirían la estética y el diseño escénico de esta adaptación?

María Elena: Bueno, con respecto a la escenografía, trabajamos de la mano con esta salvadoreña que está residiendo en Washington D.C., trabaja en el Kennedy Center, es Gisela Estrada, es amiga nuestra también. 

Yo creo que nosotros tenemos una bendición en cuanto a esta producción, porque todo nuestro equipo de trabajo, todo el staff que está en producción, no solo son profesionales excelentes en su en su área, sino que también somos amigos y son cercanos nuestros. A Gracia la hemos visto crecer, hasta se ponía nuestros tacones cuando era chiquita.

Lo mismo ocurre con Gisela, que viene del mundo de la danza por su mamá. Al enterarse que estábamos haciendo Chicago quería estar en el proyecto y nosotros todavía mucho más honradas de que una persona como ella se interesara en la obra. Creo que puedo decirlo y no sé si me voy a equivocar, pero yo creo que nadie antes ha producido un musical u obra, con un escenógrafo de verdad. Gisela es una profesional de la escenografía, ella ha estudiado y a eso se dedica. Trabaja en un centro conocidísimo en Estados Unidos. Es muy diferente a que venga el carpintero o alguien que lo hace de manera empírica, para nosotros es de mucho peso poder mencionar que Gisela Estrada y el Kennedy Center han diseñado el escenario de esta de esta producción, es un orgullo. 

Gracia: Yo les puedo decir, en uno de los ensayos, como para entusiasmarnos un poco y que entendiéramos por qué nos vamos a parar en cierta posición, por qué vamos a salir de tal lugar, qué va a haber en tal esquina, el Director nos enseñó un boceto de escenografía. Yo nunca, y eso que he estado en muchas producciones, jamás me habían mostrado un boceto de escenografía y mucho menos el tipo de diseño que vimos. Creo que para todo el elenco fue como, ¡wow! Todos nos quedamos boquiabiertos, se miraba increíble. Solo era un boceto, pero tenía el diseño y todo era impresionante. Son el tipo de cosas a las que hay que aspirar pero que bendición que están pasando por primera vez.

Walu: ¿Cuánto tiempo ha tomado la producción total de Chicago?

María Elena: Desde que empezamos Diana y yo con las cuestiones de la licencia, quizás desde mayo del 2023.

Diana: ¡No! A principios del 2023 comenzamos con los permisos y todo, pero hasta mayo nos aprobaron la licencia y ya lo podíamos hacer público. Yo me comuniqué con Gracia en ese momento y empezamos en junio o en julio ya con la traducción. Casi un año de estar en toda la organización de esto.

Walu: Y el elenco ¿cómo fue el proceso para escogerlos?

María Elena: Fue por medio de audiciones. Hicimos una convocatoria en redes y nos llevamos la gran sorpresa. Para Elf, nuestra producción anterior, creo que fuimos las primeras en sacar audiciones. No sé si la Gracia nos puede decir lo contrario, pero creo que antes no habían audiciones y la gente no estaba acostumbrada a audicionar. Todo el mundo se elige de dedo 

Gracia: Lo más que se hacía era alguna pruebita interna, pero ya te llevaban con un papel en mente, pero no así con la formalidad de tener que inscribirse, mandar un currículum. Es más, yo recuerdo que investigué cómo hacer un currículum de artista, porque no sabía cómo se hacía uno, aquí no es costumbre. 

Fue un proceso bastante formal de mandar tu currículum, tu experiencia, tu headshot, que es algo a lo que uno no está acostumbrado. Incluso la audición iba a ser en otro espacio y de repente la tuvieron que cambiar de locación porque no cabía la gente. Para uno que llegó a audicionar fue bastante gratificante porque esa experiencia es la que se vive afuera. 

Diana: Tuvimos la gran sorpresa que recibimos 107 aplicaciones, eso es un montonazo y para mí una de las cosas más gratificantes del proceso de selección es que siete de esas personas eran costarricenses. En Costa Rica el teatro musical está muy desarrollado y hasta podría decir que están un nivel más arriba que el nuestro y me llena de satisfacción que los ticos nos hayan volteado a ver y hayan dicho ‘me interesa viajar a El Salvador a audicionar’, pero tuvimos que decirles que no, porque nosotros queríamos darle prioridad a nuestros artistas. 

Todo el elenco es salvadoreño. Normalmente lo que sucede es que el salvadoreño siempre está volteando a ver a otro país y el artista salvadoreño aspira a irse a otro país, siempre tenemos de referencia a otros países. Nosotras somos las primeras que queremos hacer que otros países nos volteen a ver y que el artista diga ‘en El Salvador hay calidad’.

Walu: ¿Entre sus planes está llevar la producción a otros lugares fuera de El Salvador?

Diana: ja, ja, ja. No nos haga esa pregunta Walu.

Walu: Pero, ¿no está en sus planes o sí está en sus planes?

Marcela: Hay una propuesta, hay ofertas para Centroamérica, pues primero Dios se de. Dependerá de que los costos salgan.

Walu: Hablando de costos ¿Qué recursos y apoyos han sido fundamentales para llevar a cabo esta producción?

María Elena: Bueno, el equipo de producción con el que nos hemos rodeado ha sido la mitad de todo el éxito. Primero Gracia González con la traducción del guión, Luego Roberto Salomón a quien tenemos como Director de Actuación, junto con Adrián Castro que es costarricense y que también vino a reforzar el tema de la dirección de actuación. Luego Alejandra Funes, que es la Directora de Orquesta. En cuanto a las coreografías, Diana se apoyó con Carlos Doñan para la creación de las coreografías y luego Carito Velasco con la parte vocal. Gisela Estrada en el diseño de la escenografía y Ale Pinto que fue el ojo detrás del lente maravilloso de las imágenes de promoción de Chicago.

Walu: Es un equipo impresionante ¿Cuál creen ustedes que va a ser el impacto cultural y artístico de esta adaptación de Chicago en la escena teatral salvadoreña?

Diana: Yo pienso que Chicago va a ser un antes y un después. Pienso que va a ser un parteaguas, porque la producción está en un nivel bien alto. La obra como tal exige muchísimo, debería de ser un antes y un después, no solo para el teatro musical, sino que en general para todas las artes escénicas en El Salvador.

Walu: Solo nos queda hablar de fechas, horarios, boletería y esos detalles

María Elena:  Las funciones se van a llevar a cabo en dos locaciones. La primera la estrenamos en el Teatro Nacional, 8, 9 y 10 de marzo. Luego la siguiente semana nos trasladamos al Teatro Presidente, 14, 15 y 16 de marzo. Las entradas las pueden adquirir en el sitio web de Smart Ticket o en el kiosco de Smart Ticket y en las taquillas de los teatros los días del evento. Las localidades van a partir de los $20 a los $45 dólares.

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