Más allá de sus trazos coloridos, So Lazo comparte su viaje personal de autodescubrimiento y expresión artística en una historia que abraza la libertad, la identidad y una visión de creatividad global. Prepárate para ser inspirado por su perspectiva única y su valiente búsqueda de autenticidad.
El mundo del arte contemporáneo puede ser bastante bullicioso, pero hay voces que resuenan más allá de las fronteras geográficas y culturales, y una de esas voces es la de So Lazo, una ilustradora salvadoreña que ha encontrado su hogar en el vibrante paisaje artístico de Berlín, Alemania.
Con una paleta de colores que destacan por sí solos y un estilo único que fusiona lo lúdico con lo introspectivo, So Lazo ha trascendido las limitaciones tradicionales del arte, llevando su ilustración más allá de lienzos y papeles, para plasmarla en una variedad de productos y plataformas, convirtiendo cada objeto en una obra de arte en sí misma.
Pero más allá de su impresionante trabajo visual, So Lazo ha cultivado una conexión profunda con sus seguidores a través de las redes sociales, convirtiéndolos en cómplices de su viaje creativo. Su presencia en línea no solo es un escaparate de su talento, sino también un espacio de encuentro donde sus admiradores pueden interactuar y sentirse parte de su proceso creativo.
No contenta con ser solo una ilustradora, So Lazo ha incursionado en el mundo de la escritura, con dos libros publicados bajo la prestigiosa editorial Chronicle Books de San Francisco, demostrando así su versatilidad y profundidad como artista multidisciplinaria.
Su fama internacional no es sin mérito. Colaboraciones con marcas de renombre mundial como Adobe, Vans y Domestika, son solo algunas muestras del alcance global de su arte. Este año (2024), So Lazo será una de las artistas destacadas en la prestigiosa feria de ilustración y diseño Pictoplasma en Berlín, consolidando aún más su posición como una de las figuras más destacadas en el panorama artístico contemporáneo.
Pero más allá de sus logros profesionales, So Lazo es una persona de profundas capas y matices, nacida bajo la influencia de Virgo e identificándose como una persona no binaria, desafía las etiquetas convencionales y encuentra su fuerza en su autenticidad. Su apariencia, marcada por un estilo colorido y adornado con tatuajes que cuentan historias de amistad y libertad, es un reflejo de su espíritu único.
Tuvimos el privilegio de hablar con So Lazo durante su reciente visita a El Salvador. En esta entrevista, exploramos su visión del arte, su experiencia en la internacionalización de su trabajo y la libertad que encuentra al vivir fuera de su país natal. Acompáñenos en este viaje al corazón del universo creativo de una de las artistas más inspiradoras de nuestro tiempo.
¿Cuál fue el punto de inflexión en tu carrera que te llevó a internacionalizarte como artista?
Creo que el punto de inflexión ocurrió durante la universidad. Estaba estudiando Diseño del Producto y, a mitad de la carrera, de repente dejé de sentir pasión por lo que hacía. Fue entonces cuando decidí cambiar a Diseño Gráfico, lo que marcó el comienzo de mi dedicación plena a la ilustración. Mientras aún estaba estudiando, comencé a desarrollar mi propia marca. Cuando me gradué, ya tenía mi marca establecida y estaba vendiendo en pequeños mercaditos. Empecé a notar un gran interés de personas fuera del país por mis creaciones, quienes querían adquirir algunos “prints” o productos. Fue entonces cuando me di cuenta de las oportunidades que había más allá de El Salvador. Comencé a explorar cómo podría dirigirme también a un público internacional para prosperar, porque la verdad en El Salvador es complicado vivir únicamente del arte y de manera independiente.
¿Ha habido otro momento en tu carrera, luego en la universidad, que haya sido trascendental para tu desarrollo como artista?
Después de graduarme, pasé alrededor de ocho años aquí en el país, diversificando mis actividades y experimentando con diferentes tipos de productos, pero, aún no había suficientes recursos o las oportunidades que yo quería disponibles aquí. Siempre tuve en mente la idea de mudarme a otro lugar, aunque fuera por un tiempo breve, yo quería tener una experiencia cultural diferente.
Durante un viaje a Europa, visité a un amigo en Berlín y me di cuenta de que esa era la ciudad en la que deseaba vivir. Al observar toda la escena artística y las posibilidades que podrían surgir si me trasladaba allí, tomé la decisión definitiva de hacerlo.
¿Cómo describirías el proceso de adaptación a la escena artística de Berlín y cómo ha influido en tu trabajo y estilo?
Ha sido muy inspirador vivir la libertad que se siente en la ciudad, en todos los aspectos. En Berlín, la gente puede hacer lo que quiera, vestirse como prefiera y expresarse de cualquier manera, sin temor a ser juzgada. La diversidad está normalizada y pocas cosas son mal vistas. El simple hecho de no tener que preocuparte por el juicio de los demás te brinda más espacio para experimentar, ya sea en tu estilo personal o con tu arte. Berlín está repleta de artistas de todo el mundo, lo que la convierte en una ciudad bastante internacional. Se pueden apreciar influencias y creaciones de personas de diversos países y continentes.
¿Cuáles consideras que han sido los principales desafíos al llevar tu arte más allá de Centroamérica y cómo los has superado?
Lo más importante es encontrar los espacios donde poder mostrar tu arte. En Berlín, he visto que hay una gran cantidad de lugares dedicados a la cultura y al arte, incluyendo la ilustración. Cada semana hay eventos y siempre hay algo pasando, pero aún así, lo más complicado es saber dónde ir. Hacer esa investigación puede resultar un desafío. Yo suelo buscar en redes sociales, usando hashtags, o en Google, enfocándome en temas de arte e ilustración. Poco a poco se puede descubrir la escena artística local. En Berlín, siempre hay espacio para todo; básicamente, cualquier persona que llega puede encontrar algo que le interese.
El uso excesivo del color es la marca distintiva de tu obra, ¿cómo crees que esta característica ha contribuido a tu reconocimiento a nivel internacional?
Creo que ha sido algo bastante primordial para mí, ya que las personas siempre me reconocen en ese sentido. Cuando viajas fuera del país, te das cuenta de que en otros países, ya sea Estados Unidos o Europa, no tienen el color tan arraigado como en Latinoamérica y la saturación de colores que tenemos aquí. También te das cuenta de que tiene que ver con el clima, las plantas y las estaciones. Para nosotros, prácticamente es verano todo el tiempo. Fuera de El Salvador, las personas notan aún más eso, y es algo que les atrae porque no es tan común en otras latitudes. Entonces, sí, me ayuda bastante tener ese reconocimiento visual.
Las cabras, las calaveras, las brujas y los murciélagos son elementos recurrentes en tu trabajo. ¿Qué significado tienen para vos estos símbolos y cómo han resonado en la audiencia de diferentes culturas?
En todas las culturas siempre hay algunos elementos que tenemos en común. Por ejemplo, aparte de la mitología y las leyendas urbanas, también está nuestro toque 'folksy'. Entonces, siempre existen similitudes; no son necesariamente los mismos personajes o elementos, pero siempre hay una fascinación por lo oculto, por lo oscuro.
Siempre habrá personas que se sientan atraídas por estos temas, al igual que yo desde pequeña siempre disfruté de las historias o libros sobre brujas y magia, así como de las fábulas o el libro de Mitología Cuscatleca, uno de los más icónicos de El Salvador. Me parece que son temas bastante fascinantes en general y que usualmente son poco explorados.
Has colaborado con marcas como Adobe y Vans, ¿qué estrategias empleas para establecer estas colaboraciones?
En realidad, nunca he tenido un plan definido para mi trabajo, así que simplemente me he dedicado a dibujar y hacer cosas que me gustan. La parte más importante para lograr esos proyectos ha sido mostrar lo que hago, y esto ha sido posible gracias a las redes sociales, a través de las cuales empresas o marcas me han contactado de repente. No he sido yo quien ha ido en busca de estas oportunidades, así que no sabría decir exactamente cómo he planeado esto.
Esta semana trascendió que una empresa de contenido digital te nombró como una de las cinco influencers más fuertes de El Salvador, ¿Te considerás una influencer?
No, la verdad no. Siento que es una palabra que te encaja en un estereotipo, lo cual no está mal, pero también implica mucha responsabilidad el tema de ser influencer. Personalmente, no me agrada mucho la idea porque se centra más en la parte comercial, donde la gente se dedica a promocionar marcas. En mi caso, yo hago arte, diseño mis productos y básicamente muestro lo que a mí me gusta hacer y cómo me gusta vestirme, pero no estoy influenciando, al menos eso espero, a nadie para que busque estas otras marcas o les dicte cómo deben vivir, como lo haría un “lifestyle influencer”. No creo que sea alguien que pueda decirle a otra persona cómo debe vivir para ser feliz, o algo así.
Tu curso en Domestika fue grabado en París, ¿cómo fue esta experiencia? ¿Cómo ha impactado en tu vida como artista?
Fue una gran sorpresa cuando Domestika me contactó, ya que no me lo esperaba. Obviamente, es una plataforma muy grande y famosa, de la cual ya tenía conocimiento desde hace mucho tiempo. Grabar un curso fue un gran reto para mí, ya que no soy una persona tan extrovertida y no me gusta mucho hablar en público ni que me graben en cámara hablando.
Fue un poco estresante, pero sabía que valdría la pena, así que lo asumí como un desafío personal. Por suerte, pude ir a grabar a París. En una semana grabamos todo el curso. He recibido comentarios muy positivos de la gente que ha tomado el curso. Saber que puedo ayudar a alguien en su arte y diseño me hace muy feliz.
En un entorno donde los artistas enfrentan limitaciones, ¿cuáles considerás que han sido tus aciertos clave para mantenerte y hacer crecer tu carrera?
Ha sido la constancia y el hecho de haberme mantenido siempre dedicada a esto. Desde que estaba en la universidad y en mi tiempo libre, era cuando me ponía a dibujar, a crear y a experimentar con productos. También ha sido un privilegio no tener que preocuparme por trabajar mientras estudiaba, ya que mis padres pagaron mi educación universitaria y todos los gastos relacionados. Gracias a eso, pude disponer de tiempo para dedicarme al arte. El lujo más grande es tener el tiempo, creo.
Si alguien tiene esa oportunidad, debería aprovecharla, especialmente durante la etapa formativa en la universidad. Esto hace que uno cree una base sólida y siga desarrollándose con más facilidad al salir de la universidad.
¿Qué consejos darías a otros artistas salvadoreños que aspiran a internacionalizarse y tener éxito en la escena global del arte?
Lo más importante es mostrar lo que haces. Las redes sociales pueden resultar bastante frustrantes, ya que hay aspectos tanto positivos como negativos. Por un lado, es muy fácil subir contenido y mostrarlo al mundo; pero, por otro lado, mucha gente tiende a compararse con otros y a sentirse mal al ver a personas con un gran número de seguidores, sintiendo que no pueden alcanzar esos números. Todo se logra con constancia. Personalmente, llevo aproximadamente 13 o 14 años usando Instagram, y mi crecimiento ha sido gradual, no ha sido de un día para otro. Es importante tener en cuenta esto y no frustrarse demasiado.
Además de explorar emociones y sentimientos diversos, ¿existe algún mensaje específico que busques comunicar a través de tu arte?
De no tomarse la vida tan en serio. Tal vez, todo mi arte de payasos surge de la idea de no tomarse la vida tan en serio. Creo que esa era la mentalidad en el pasado, y pensar de esa manera creo que ayuda a no vivir con estrés. La mayoría de las situaciones, aunque no salgan como esperamos, tienen solución de alguna manera. Se trata de no frustrarnos ni sentirnos tan mal, y recordar que nada es tan grave.
¿Me podés mencionar a tres personas que te inspiran?
Es difícil elegir a alguien en particular en este momento. Sigo a muchos artistas, pero no tengo ninguno en mente ahora mismo. Me encanta el trabajo de Molly Mendoza. Técnicamente, todo lo que hace es hermoso, y además comparte mi ascendencia latina. Cuando empecé, también me inspiró mucho María Herreros, de España, su estilo es único e imperfecto, pero muy interesante y centrado en las emociones. Además, Power Paola ha sido una de mis mayores inspiraciones. Sus novelas gráficas, donde narra su vida de una manera muy personal, casual y divertida, también me han influenciado mucho.